¡SE APAGO LA VOZ DE UN PUEBLO QUE HOY SIGUE GRITANDO!

29.02.2012 00:02

 

¡Se apagó la voz de un pueblo que hoy sigue gritando!

 
 23 de enero de 1898 — Bogotá9 de abril de 1948
"La muerte de Jorge Eliécer Gaitán, "el jefe liberal" fue una perdida que el pueblo colombiano no puede olvidar, este valiente fue asesinado sin motivo claro, sencillamente murió a mano de uno igual a él "un ser humano", en el centro de la capital colombiana!"
Tres balas acabaron con la vida de Jorge Eliécer Gaitán Ayala, el "caudillo del pueblo"; en la escena se encontraba Jorge Eliécer y cuatro amigos personales, quienes presenciaron el hecho; Plinio Mendoza Neirahabía invitado a sus amigos a almorzar en el Hotel Continental, se encontraban ellos saliendo del ascensor y camino a la puerta aparece Juan Roa Sierra, un joven mal presentado y esquizofrénico, quien un lapso atrás había pedido ver a el "caudillo", favor que se le negó.
Roa apuntó con el revolver a Gaitán, quien angustiado decide huir en vano, ya que el joven le disparó tres veces; loa amigos de Jorge Eliécer solo podían pensar en salvarle la vida y buscaron un vehículo para transportarlo a la clínica central, para infortunio de todos Jorge Eliécer Gaitán Ayalafallece antes de que le percataran la transfusión de sangre. Este incidente ocurrió en el centro de la ciudad de Bogotá, frente al edificio Agustín Nieto, donde el capitán del "país nacional" tenía la oficina de abogados. 
Los capitalinos que se encontraban en la zona emprendieron la captura del homicida, la policía logró atraparlo y luego de golpearlo y desarmarlo se encerraron con él en la droguería Granada para evitar que lo acecinaran; declaran las autoridades que lo único que pronunció al interrogárselo fue "no puedo, son cosas poderosas que no puedo decir".
A pesar del trabajo de las autoridades, la gente afuera era mayor, estos lograron entrar y sacar a Roa luego de recibir un golpe en la cabeza por una caja de un embolador, al sacarlo lo masacraron en el anden, muerto ya, al llegar a la séptima con octava le quietaron los pantalones y los usaron como bandera revolucionaría dando gritos "¡¡QUE VIVA COLOMBIA!!", luego tiraron el cuerpo de Sierra frente a la puerta principal del palacio, luego salen los soldados e intentan dispersar a la gente, pero estos inconformes empiezan a quemar la ciudad desde el palacio de San Carlos hasta joyerías y platerías, luego un tercer muerto "el capitán Serpa", herido de tres disparos de bala, lo que acrecentó la trifulca entre soldados del gobierno y policías que se unieron a los revolucionarios dotándolos de armas para defensa.